Siempre… siempre mentiras.
Así que… yo sabía toda la verdad. Ahora
comprendía que ninguno de ellos eran parte de mi vida por nada, ahora sabía que
Mazon Parker estaba tras de mi familia, de mi padre.
López estaba aun sentado en la cómoda silla de
la oficina. Me miraba fijamente, apenas había acabado toda la historia y yo
intentaba asimilar todo.
Un golpe en la puerta me sobresaltó, luego vino
el chirrido y descubrí que Maggie y Eric estaban entrando.
Por alguna extraña razón, las lágrimas
amenazaron con escapar en ese preciso momento. Ninguno de los tres se veía
feliz o contento de que yo supiera la verdad, tal vez era incomodo para ellos.
Al encontrar los ojos de Eric me sentí
destrozada. En mi mente seguían las palabras de López. Posiblemente Eric no estaría
allí de no ser por la fuente.
Sus grandes ojos pardos parecían cansados y me
evitaban. Quise decirle que yo iba a ayudarlos, pero Maggie hablo e interrumpió
todos mis pensamientos
-
Lo siento André, pero necesitamos hablarte-.
López sonrió y Maggie me miro directamente a mí-. … en privado, si no te
molesta.
-
Claro, seguro…-. Lancé una última mirada a
Eric, esperando una de vuelta. Pero no la hubo, él ni siquiera se volteó hasta
mí. Pensé que, tal vez, estaba molesto o avergonzado.
No fue hasta que cerré la puerta de la oficina
detrás de mí, cuando comencé a sentir nauseas.
Había un nudo en mi garganta, el estomago se me
retorcía dentro y mis ojos ardían. ¿Qué me estaba pasando?
La respuesta era simple, mi mente se había
saturado.
Mientras López me hablaba sobre la fuente yo
había actuado de una manera completamente madura, pero ahora que me encontraba
sola en medio de un pasillo estrecho, me daba cuenta que todo aquello era
irreal.
Observé por una ventana el clima. El sol se
escondía y parecía hacer muchísimo frio fuera. En mi cuarto encontré mi abrigo
negro, una bufanda blanca y guantes haciendo juego. Me vestí bien para salir a
tomar aire.
Baje las escaleras y encontré a la señora
Bennett preparando la cena. Aun se me hacia extraño que ella preparara mi
comida. Pam no parecía estar en ningún lado, tal vez seguía durmiendo.
El aire de afuera estaba más frio de lo que
imaginaba y se impregnaba en mi piel haciéndome temblar. Sentía un leve
cosquilleo en mis mejillas y mis ojos se secaban, haciendo que las lagrimas
salieran al pestañear.
Metí mis manos en los bolsillos del abrigo y me
encaminé a pie por un sendero que rodeaba la casa hasta el fondo de la finca,
el cual no llegaba a ver.
No me importó sentirme helada, tampoco me
importo que las lágrimas de frio cayeran por mi rostro o que mis sentimientos
estuviesen interponiéndose con mi mente.
Había tardado tanto tiempo intentando ocultar
lo que sentía para parecer fuerte y equilibrada; que, ahora, cuando todo lo que
ocultaba salía a la luz, mi vida parecía desmoronarse.
En mi mente aun estaba López contándome la
verdad, Eric ayudándome a huir de Rupert, Maggie pidiendo ayuda por culpa de
Mazon, la señora Bennett preparando la cena y… lo que más extrañaba en esos
momentos: la voz de Charlie diciéndome que todo saldría bien. ¿Qué estaría
haciendo ahora? Lo había olvidado completamente durante las últimas
veinticuatro horas.
No sabía cuánto había caminado, siguiendo las
palabras que revoloteaban en mi mente. Tenía mucho frio pero las ganas de
regresar a la casa me faltaban muchísimo en ese momento.
Cuando me quise dar cuenta, estaba parada en
una colina, con el pasto hasta mis rodillas, en un tono un tanto amarillento.
El sol había desaparecido pero el cielo aun estaba claro, dejándome ver un
horizonte que no era para nada atractivo. A lo lejos había algunos árboles
secos y más pastizal descuidado. Parecía ser que lo único que se mantenía lindo
era lo que rodeaba la casa.
Me senté y pude notar la humedad del suelo,
pero no me importo. Tenía las zapatillas húmedas y algo embarradas pero en
aquel momento nada me importaba, solo quería pensar en cuál sería mi próximo
movimiento; había actuado sin pensar ante López y comenzaba a arrepentirme por
ello.
Sentí pasos detrás de mí, sabia quien era pero
tenía ganas de estar sola y alejar a todos.
Eric se sentó a mi lado, con una expresión
seria en su rostro. Me hacía sentir de un modo extraño, como si todo lo que
pasara estuviese mal y yo fuese la causa.
-
Hum, quiero estar sola-. Dije molesta, no solo
con él, sino que con todo el mundo y conmigo misma inclusive.
-
¿crees que yo no comparto ese sentimiento?-. me
miró, enfadado quien sabe con quién-. ¿crees que tampoco quiero irme o algo?
Eres tan inmadura…-. Susurró por lo bajo y yo enfurecí.
-
¡¿Qué yo soy inmadura?!-. grite, aprovechando
la lejanía de la sociedad civilizada-. Acabo de enterarme que mi padre creo lo
que, posiblemente, el hombre buscó por años y que ahora alguien quiere matarnos
a todos con tal de conseguirlo y TÚ, precisamente, me llamas inmadura… es
increíble ¿lo sabes?
-
¿por qué demonios te enfadas conmigo April?
¿piensas que yo tengo la culpa?-. me puse de pie, completamente enfurecida con
Eric ¿quien se creía que era?
-
Eres un presumido, ni siquiera sé porque me
hablas de esta manera después de todo-. Sentí mis mejillas ardiendo de furia
más que de frio, estaba completamente fuera de mi misma-. Me has evitado desde
que llegamos, haciéndote el maduro, pretendiendo que todo esto es lo más normal
del mundo…
-
En mi mundo sí lo es, “cariño”-. Aquella última
palabra me causo un rotundo odio, solido como roca e inflexible como el
hierro-. ¡Deberías ir acostumbrándote!
-
Deja de decir eso, ¡lo hago lo mejor que
puedo!-. no comprendía qué demonios sucedía con Eric, de pronto era un imbécil
escrito con mayúsculas.
-
Estas hundida creyendo que todo es sencillo,
intentando ver el mundo de un modo que no es el correcto, te piensas que tu
fantasía es mucho mejor que la realidad…
No pude soportar el resto. Golpeé su mejilla
con una bofetada que resonó y resonó, haciendo que la palma de mi mano sintiera
un cosquilleo intenso.
-
No vuelvas a decir que mi vida en sencilla-.
Jamás había oído mi voz tan firme como en ese momento.
Eric no hablo, se quedó helado. Yo también.
Todo mi cuerpo hervía de rabia. Lo odiaba,
odiaba a ese chico con todo mí ser. No debía haber dicho todas esas cosas, cada
una de sus palabras eran una gran mentira.
Sentía mi respiración agitada, el vapor se veía
salir por mis labios oscuros a causa del frio.
Oí que él pronunciaba un leve “lo siento” entre
dientes. Luego sus ojos me miraron con culpa y esa misma culpa recorrió todo mi
cuerpo. Me sentía débil y no entendía por qué.
Sus ojos. Los míos. Su respiración. La mía.
El silencio se apoderaba del momento y la
oscuridad era cada vez más interminable.
Dejé que se acercara aun más de aquellos dos
mínimos pasos que nos separaban. Y más y más…
Ninguno de los dos pudo aguantarlo más tiempo.
Dejé que me rodeara con sus brazos sobre mi
cintura, yo pasé los míos por su cuello y lo besé.
No veía nada mas, mis ojos estaban sellados y mis
brazos se enganchaban a él con cada suspiro. Lo sentía atrayéndome pero al
mismo tiempo, sabía que se estaba resistiendo.
Lo aparté, aquello no era bueno para ninguno de
los dos. Se suponía que acabábamos de pelear.
Ambos quedamos mirándonos, asustados por lo que
acababa de ocurrir.
-
Lo siento-. Dijimos al mismo tiempo, ¿Qué es lo
que habíamos hecho mal para terminar así?
Eric me tomo de las manos, pero no fue
romántico… fue un gesto paternal o algo así. Era más como un consuelo.
Entonces no lo soporté y, lentamente, una
lágrima cayó por mi rostro. Resbalando a través de mi mejilla.
No quería que eso estuviese pasando. Me había
dejado llevar por un simple impulso, yo no era así. Sin embargo, quería seguir
besándolo, quería seguir con mis brazos sobre su cuello y los suyos en mi
cintura. De pronto, aquel horrible paisaje me parecía más agradable.
El pecho comenzaba a cerrarse y me sentía más
vulnerable que nunca.
-
Hey…-. Susurró Eric en mi oído, aun sostenía mi
mano y se acercaba. No sabía qué hacer para impedirlo puesto que, no quería que
se detuviera-. April, realmente lo siento ¿sí?-. asentí, con la mirada y la
cabeza gacha-. No… no es que… escucha, hay algo que no sabes y…
No podía dejar de llorar. No eran grandes
cascadas, más bien eran pequeñas y frías lagrimas que escapaban cuando alguna
palabra me hacía daño.
Un escalofrió me heló la espalda,
estremeciéndome. Eric atrajo mis brazos a los suyos y me abrazó. De repente, ya
no tenía frio. Mi rostro estaba oculto en su sudadera, mis brazos rodeaban su
espalda y los de él, me cubrían por completo, acariciando parte de mi cabello.
Tenía un aroma tan delicioso, todo de él emanaba calor.
-
Dime la verdad-. susurré, aun oculta entre sus
brazos-. Dímelo todo.
Nos sentamos en el suelo una vez más. Esta vez
estábamos pegados, su brazo contra el mío. Podía sentir los latidos de mi
corazón, queriendo escapar… sin entender por qué. Nunca me había pasado algo
como eso.
-
André te ha explicado las razones que tenemos
para odiar a Mazon-. Dijo eso como si fuese obvio, pero de cualquier manera
aclaró cuáles eran-. Mazon mató a la esposa de André, hizo que Clarise
sacrificara una posible familia o que tu padre huyera, incluso, usó a su propia
nieta como conejillo de indias-. Ahora mis latidos eran aun más rápidos y él
pudo sentirlo, puesto que apretó mi mano para hacerme saber que si estábamos
juntos nada pasaría; cosa que jamás habría creído, hasta ese momento-. No
podemos dejar que siga manejando nuestras vidas por la fuente de la juventud,
por eso tenemos que destruirla y para ello, necesitamos todos los pedazos
April.
-
Eso ya lo sé-. Protesté, sin entender cuál era
su punto-. ¿A dónde quieres legar?
-
Bueno, la cosa es así…-. Hizo una breve pausa.
Supe al instante cuales eran las siguientes palabras, las había estado evitando
desde la historia de López, fingiendo que no eran verdad-. yo no estaría aquí
de no ser por la fuente que Clarise me inyectó; entonces, ¿Qué crees que pasara
cuando la fuente se destruya?
Fue entonces cuando el nudo en mi garganta se
hizo más grande y fuerte; cuando las cosquillas en mi estomago aumentaron y las
nauseas invadieron mi mente.
Susurré un leve “no” que seria para mis
adentros pero que Eric logró escuchar. Apretó mi mano más fuerte que antes y la
acaricio con sus dedos intentando consolarme. Sin embargo yo sabía que
significaba eso.
-
Moriré, April-. Secó las lágrimas que caían por
mi rostro con el pulgar-. Es un hecho y no me siento mal por ello. Maggie no
siente nada extraño en su sangre infectada porque ella estaba bien cuando la
inyectaron; pero yo… sé que no es lo mismo y a veces los dolores vuelven-. Lo
miré a los ojos, estaban húmedos. Solté mis manos de las suyas y seque mis
lagrimas frenéticamente, no iba a permitirme llorar más de lo que lo había
hecho-. Escucha April… quiero hacerlo y no es bueno que esté atado a una
persona, no importa cuánto me interese.
-
¿pero…? No, no tienes por qué hacerlo-.
Intente, vagamente, hacerlo cambiar de
opinión pero las palabras salían cortadas porque yo estaba tartamudeando del
nerviosismo que sentía-. Nosotros, podemos cuidar de Maggie… podemos hacer que
Mazon no la lastime mas. No… no…
-
No es tan simple…-. Volvió a tomarme de las
manos y no pude resistir, ahora estábamos completamente a oscuras y me sentía
mejor con él a mi lado-. Esto es lo que precisamente trataba de evitar, no
quiero que te pongas mal por mi… no tengo miedo de morir ¿comprendes? Y sé que,
a fin de cuentas, terminaras odiándome…
Escuche esas últimas palabras con mucha
dificultad. Eric estaba dejando escapar un secreto, pero era algo involuntario,
como si no pudiese controlarse.
-
¿de qué hablas?-. masculle por lo bajo e,
inmediatamente, comprendí que algo malo sucedía a mis espaldas-. Eric, dime a
que te refieres.
Su silencio me inquietaba más que cualquier
cosa en ese momento. El había dicho que lo odiaría por algo, ¿Qué tal si solo
lo hacía para alejarme?
-
André y Maggie no quieren que te enteres hasta
que esté resuelto-. Estaba nerviosa, quería ir a casa…-. Cuando llegamos aquí
André y Maggie ya estaban ¿recuerdas eso?-. asentí rápidamente, dejando escapar
mi aliento nervioso-. Hum, bueno… ambos tuvieron que huir rápidamente de
Hamilton Heights porque los atacaron y por eso no acudieron en nuestra ayuda
cuando yo llamé luego del ataque de Rupert-. << ¡dime ya de qué demonios
hablas!>> gritaba mi mente pero yo me mantenía tranquila, las manos de
Eric temblaban y eso hacía que yo me sintiera más insegura que antes-. Solo,
quiero que comprendas algo.
-
Dime.
-
Fue algo completamente de imprevisto y no
pudimos evitarlo, eso no era parte del plan y, bueno, ellos no creen que puedas
manejarlo…
-
Sé que puedo Eric, dímelo.
Eric suspiró, nervioso como nunca lo había
visto. Mi corazón latía fuerte y más fuerte. Regresaban las nauseas y los
cosquilleos, pero esta vez no había lagrimas. No volvería a llorar por esa
causa, tenía que ser fuerte.
Entonces escuche como Eric explicaba, calmado y
controlado, cómo una parte del plan para protegerme había salido mal. Se
suponía que iban a pasar desapercibidos y no sé cuantas cosas más. A pesar de
todo, lo que realmente me helo la sangre; llevándome al borde de la histeria y
el pánico, haciéndome soltar sus manos y detestar la estúpida fuente, fue su
última frase:
-
… tienen a Charlie.
Dios me encanta capítulo, es que el besosxfsydfweyugfwei weugbhwdfwjnwjfdhee, pero no quiero que se muera jo :'(, con lo remonoso que es <3<3<3<3<3, y pobre charlie NOOOOO!!!!, que no le pase nada por favor. Está super super genial. Besos<3<3
ResponderEliminarHeyy, muchisimas gracias!!!!! Jaaa.... el final esta decidido y no quiero dar spoilers... pero alguien la pasará feo... no diré cual de todos los personajes! jaja... gacias por seguir el blog!
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